Por Victor
Suarez
Termina el
veinte de mayo, uno de los más largos procesos electorales vivido
por esta nación. Un proceso Frustratorio, por lo prolongado, por lo
derrochador, por lo avasallante, por lo poco que aporta a la familia,
a la sociedad, a la generación presente, a la vida en sÃ, de los
dominicanos y a su futuro.
Un proceso
folklórico, cargado de divisionismo social, de búsqueda, de
enganche y violencia. De cansancio abrumador, de hastÃo, de malas
noches, de estrategias baratas, de anuncios malos, faltos de
creatividad, de dominicanidad, de denuncias irresponsables, de
amenazas y cuantas cosas más que lo único que hacen es dañar la
integridad social.
Los
candidatos se quedan sin discursos, caen en la repetición, se
vuelven insustanciales en sus ponencias y entonces, comienzan a
errar, a insultarse hasta el punto de caer en lo personal, porque, ya
no tienen argumento para defender su candidatura.
Creo que la
polÃtica dominicana despierta tanto interés en la población,
porque, el estado es el más grande empleador y todo mundo busca
como conseguir un empleo a través de un candidato o de un amigo del
candidato. Si aquà hubiera una economÃa privada fuerte, la cual le
ofreciera oportunidad de empleos a la gente estos procesos
electorales fueran diferentes y estoy seguro que nos interesáramos
menos por participar en procesos polÃticos eleccionarios.
Ojalá que
este sea el termino de este estilo de hacer campaña electoral, que
se ponga en practica la ley de partido, donde en realidad sean tres
meses de campaña, que los mÃtines sean bajo techo, que se prohiban
los carabaneos, los letreros, los embarres de las ciudades, en esas
luchas encarnizadas por conseguir el voto de los electores.
Creo que
después de este doloroso proceso, llega el tiempo de crecer
polÃticamente y socialmente, respetar un poco al a paÃs en su
tranquilidad, hay que entender que la polÃtica no lo es todo, y que
ese proceso de campaña no puede ser permanente, que no es posible
utilizar la ignorancia de un pueblo para oscurecerlo cada dÃa más.
A
quienes más le conviene que los procesos electorales futuros no sean
tan prolongados es a los mismos candidatos, ya que estos
indiscutiblemente se revierten, en grandes gastos, de tiempo
intelectual, de trabajo y de sumas exorbitantes de dinero, motivos
por los cuales, los cogen de donde vengan, muchas veces sin importar
la procedencia.
Por Victor Suarez