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Tuesday, July 15, 2008

Los corruptos son cobardes


Los corruptos son cobardes

Por Víctor Suárez

No hay dudas compañero, los corruptos son cobardes, no importa el nivel donde se encuentre, no tienen las agallas para enfrentarse a la realidad de la carencia, a la realidad del trabajo, o el esfuerzo. Son temerosos, no tienen respeto por el orden divino, y mucho menos por el orden establecido por la sociedad, no tienen el coraje de enseñarles a sus hijos y mucho menos al pueblo que los mira, la gallardía de vivir, la obediencia a la vida ajena, el respeto a lo que no es suyo, el valor de hacer fortuna con su propio esfuerzo, si no, el sin valor de las alimañas, o sea, vivir de lo que no le pertenece, matar vilmente, cobardemente, si es necesario para ellos vivir bien, para vivir en el lujo y el derroche, mientras la mayoría se muere de hambre y en una miseria que parece perpetua.

Esos son los culpable de la malaventura que viven los pueblos, son abusadores, agiotistas e inhumano.

Son capones, que les temen enfrentarse a la vida sin la seguridad de la caja fuerte y acumulan como las ratas, pillando los otros para cuando lleguen lo tiempos malos, a los que ellos no saben enfrentarse y así, seguir en la papa.

Son gallinas, pues esos son los primeros que huyen del país cuando se sacuden los de abajo exigiendo sus derechos y queriendo recuperar lo que los corruptos les han quitado, son los primeros que corren, por que saben que tienen deudas enormes con el pueblo, son temerosos, no importa que sean generales o coroneles, son cobardes, incapaces de dar el frente ante cualquier situación en la que se ven involucrados, cuando la de sociedad se trata, pávidos, de los que matan por las espaldas, de los que pagan sicarios para que ejecuten lo que ellos son incapaces de ejecutar, de los que no se enfrentan cara a cara, puño a puño, porque sus agallas no son para la defensa de la patria sino para la defensa de su estilo de vida.

No necesito más de diez hombres para enfrentar a esa parva de ratas, que seguro se mearán entre sus calzoncillos y lloraran como niñas, cuando vean el cañón de un fusil entre sus cejas, solo diez hombres, cinco más de los que necesitó Bolívar para su causa y pondremos la patria en regla y pondremos la casa en orden, diez hombres llenos de amor por la nación, llenos de amor por la vida para vivirla en comunidad, hombres con talabartes apretados en el cinto, hombres consientes, y sabios, hombres sin deseos personales, hombres sin compromisos con partidos manchados, ni organizaciones denigradas, hombres que comprendan que no es comunismo, ni capitalismo ni ocho cuarto, que comprendan que esto es un asunto de vida o muerte, o toda la vida o la muerte, hombres que entiendan que es mejor morir luchando para darle la vida a los sin vida, que vivir muriendo día a día en un infierno de infortunio humano, diez hombres dispuestos a llevar la nación a la gloria, y darle de nuevo a este pueblo la moral que los inmorales les han usurpado. Las ratas humanas hay que eliminarlas del contexto nacional, sin el más mínimo sentimiento, excluirlas de la diaria vida, son más la gente buena y simple que por ellos han muerto, los han privado de alimento, de salud, de medicina, de lo más básico de un ser humano.

Luego conformaremos un estado para la vida, a los pies del todo poderoso. (Y cuidado quien se mueve).

Los pueblos no tienen los dirigentes que se merecen, los pueblos tienen los dirigentes que ellos se dejan tener, para identificarlos muy bien, como pasará con aquellos que saldrán despavoridos cuando el pueblo les pida cuenta, porque el pueblo es sabio, sabe aguantar, sabe soportar, pero cuando da el latigazo, es para el destrozo total de los malvados, de los regentes que llegan a las posiciones a través del engaño, la mentira y la sangre, a través del dinero, esos no son dirigentes, son comerciante de la política, de su propio bienestar, pero no del bienestar del pueblo.

Yo como parte de este pueblo, como ser humano comprometido con mis semejantes, como hombre consiente de lo que es la vida, se que tengo que ayudar a darles a los demás una forma de vida digna, no he vivido para esgrimirme, no viviré para aprovecharme, sino para servirle a esta gente sin dolientes.

No acepto esa clase de dirigentes, ellos no son mis dirigentes, no me importa que sea el jefe de la caterva que nos dirige, no me importa que sea el hijo de quien sea, no me importa, que abolengo tenga, no me importa en que universidad haya estudiado, si es un randa, ladrón, acumulador, irrespetuoso de la vida de los demás ese es mi enemigo a muerte. www.victorsuarez.com.do

Víctor Suárez

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